sábado, 14 de mayo de 2011

The Comedy of errors

Una de las singularidades de la vanagloriada compañía inglesa Propeller, dedicada solo al repertorio de Shakespeare, radica en que utilizan únicamente hombres en sus representaciones, tal como lo hacían en la época isabelina. Ninguna novedad: la tragedia griega clásica, en el teatro katakali indio o la danza japonesa Butoh, han sido tradicionalmente interpretadas únicamente por varones. Texto clásico + acción contemporánea + estética cutre (los actores lucen camisas estampadas y gorros de mexicano en una hipotética fiesta que bien podría ser Torremolinos) está perfectamente sincronizada con  la tendencias europea actuales. Calixto Bieito o Alex Rigola están cansados de meter en escena tías meando, bolsas del Día con anfetas y camisetas del barça. Desmontada la novedad nos queda lo esencial: un nutrido grupo de brillantes  actores que se ponen a las órdenes del reputado director Edgard Hall, construyendo una hilarante  y compacta comedia. Uno de los platos fuertes del Festival de Otoño. En Primavera.

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